PROYECTO SALA 2
COMBO
de Diana AisenbergDiciembre 2003
de Diana AisenbergDiciembre 2003
COMBO
* agrupación, artefacto social, banda, categoría, compilado, enganchados, entidad, familia, grupo, ilusión, paquete, trenza.
* principio de construcción de una realidad colectiva.
* elementos de una red que se entrecruzan por similaridades imprecisas
* asociar/ clasificar/ combinar/ compaginar/ componer/ convivir/ elegir/ encuadernar/ diagramar/ juntar/ organizar/ unir.
*cortar y pegar/ agrupar familias/ definir series/ componer la música del espacio/ dirigir el recorrido de las miradas/ instalar.
* montaje y edición del texto.
Mi trabajo insiste en revisar el lenguaje, tanto en el objeto, como en las palabras que usamos para hablar de arte. Navego los niveles de la experiencia artística en lo cotidiano. Las figuras que nos ofrece la retórica para analizar las maneras del hacer. Toda superficie, surface, es posible soporte portador de la naturaleza del arte. Así la vajilla, la tetera, la mesita de luz aparecen en mi obra ya sea como soporte o como la obra misma. Muchos de los cuadros que componen los combos están cubiertos con vidrio líquido, lo que les confiere una calidad de superficie familiar a la de la loza o porcelana.
* un florero pintado + el cuadro de un florero
* cuatro tacitas pintadas + una bandeja pintada + el cuadro de una tetera.
* vajilla + cuadro
Composición tema: la vaca. Un lugar común.
Un lugar común: un florero.
Un lugar común: un florero.
Nada más difícil de pintar que un buen florero. Cómo evitar el peso de todos los jarrones que ya han sido pintados y cuántos tan bellos.
Todo fue pintado, no hay imagen nueva. Todo ya fue pintado, y de varias maneras.
Este es el gran desafío. El medio en sí es un instrumento que espera.
Mis modelos son las flores, las frutas, la luz y la sombra, lo que siempre se ha pintado, lo que nunca se deja de pintar. Todos los elementos del lenguaje del arte; partir de mínimos movimientos y los más modestos recursos.
El acto primario de trazar. La caligrafía del dibujo.
El largo de mi pelo es mi regla. El volar del pelo es su huella. La escritura del viento. La sombra de las plantas deja su huella efímera, fugaz, como la mirada; marca su trazo, como el lápiz sobre el papel. El diseño de un camino, dibujo de las ideas.
Cómo dibujar la ola del mar, en el exacto momento cuando y donde rompe: los rastros que logro atrapar.
El viento mueve la planta, mueve la sombra, cuando volvés a mirar ya no está.
Ya no compongo, recompongo.
La serie Jardines me introduce en el territorio de los paisajes: paraísos perdidos, edenes y delicias, jardines encantados y paraísos terrenales. Imagino el jardín como estado de dicha, como objeto de esperanza ficcionando la experiencia de constituirme en emulsión física en el procedimiento de realización de la obra.
El jardín se construye principalmente a partir de las macetas y plantas ubicadas en la terraza de mi casa. Mi registro es el de las imágenes que las sombras de éstas producen en el momento que el viento las mueve. Ubicando el bastidor en el piso las sombras de las plantas lo constituyen en pantalla receptora de la imagen proyectada. Mi tarea se remite a calcar estas formas en movimiento, persiguiéndolas sobre la tela hasta perderlas con un lápiz o un marcador. Reubico el bastidor bajo otras plantas, según las posibilidades que me brinda el sol, la calidad de la luz y el movimiento posiblemente de la tierra que interrumpe el trabajo cuando las sombras de los edificios aledaños anulan toda otra sombra vegetal. Con este mapa me dirijo a mi estudio y comienzo el trabajo en esta etapa en óleo blanco y negro en el afán de reproducir la experiencia aprehendida en relación a la planta, su sombra, el efecto de la luz y el movimiento, construyendo el jardín como vivencia única de meditación.
El trabajo sobre la luz lo realizo superponiendo blanco sobre negro, restando oscuridad a la sombra.
Luego los cuadros negros, emulando el negativo fotográfico y la media sombra.
FInalmente los cielos celestes y la sombra, positivamente sombra.
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Paisaje interno, sobremesa.
Vivir con arte y el arte de vivir.
La pintura es una construcción de vida.
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Paisaje interno, sobremesa.
Vivir con arte y el arte de vivir.
La pintura es una construcción de vida.
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Un cuadro sobre el sillón, un lugar común.
(que combine con el tapizado)
(que combine con el tapizado)
La misma calidad que genera prestigio es la que potencialmente margina o discrimina, sólo depende de la construcción de contexto, el entorno y el consenso. El lugar común es en principio desprestigiado.
No intento reproducir la arquitectura sino indagar sobre la instalación del cuadro.
La idea no descarta las alternativas más inmediatas; cuadros distintos sobre el mismo sillón, o el mismo cuadro sobre distintos sillones. Un grupo de obras instaladas "sobre el sillón", presentan la reflexión sobre el destino de las obras, e invitan a desentrañar todo tipo de prejuicios sobre el lugar de la obra en la vida cotidiana. Incluso los coleccionistas, conviven con sus obras preferidas, colgándolas "sobre el sillón". La obra se incluye así en la arquitectura básica de nuestras vidas, la imagen que veré cada día cuando me levanto, y con la que homenajearé a mis invitados. El mismo criterio se aplica a la vajilla, se instalaran sobre cualquier estante o cualquier mueble que pertenezca al entorno donde se muestra la obra, reproduciendo el modo en que la obra se incorpora a nuestra cotidianeidad.
Que haya un cuadro sobre cada sillón y larga vida para los artistas.
¿Adónde fueron las leyes de composición?
¿Qué hacer entonces con las partes, con los pedazos?
¿Y qué se ha hecho de los colores complementarios?
¿Y adónde es que fugan los puntos?
¿Cuál es el criterio, cuál es la ley que determina los códigos de asociación?
¿Es verdad que hay una ley natural?
Pretender que un objeto encarne Arte, concepto de semejante generosidad, cómo habría de caber en una sola pieza. Sólo prevalece la calidad del encuentro y es ahí donde residen los secretos. El Arte como escenario para la unión. Un camino hacia la dicha.
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En la maravillosa historia de Pedro y el Lobo el pato le dice al pajarito: -¿Qué clase de pájaro eres tú que no sabes nadar? A lo que el pajarito responde: -¿Y qué clase de pájaro eres tú que no sabes volar?
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En que nos parecemos tu y yo a la nieve.
- que tan espléndido combo: vos y yo -.
Diana Aisenberg
Aisenberg es pintora, escritora, maestra. Ligada a la pintura argentina de los '80, en los '90 al Rojas y en el 2000 al proyecto Trama y a Ramona a través de su ya famoso Diccionario de certezas en intuiciones, Aisenberg se erige como un espécimen difícil de clasificar, y a no confundirse: no es pariente de Roberto Aizenberg.
Antecedentes de la instalación que presentamos fueron Jardines hace tres años, Sobremesa en Bahía Blanca, y Capricho Solar en Mar del Plata. Ahora esta obra por fin deja de ser inédita aquí.
Diana Aisenberg discute los grandes temas y géneros que siempre han sido pintados. En este período retrata exteriores paisajes naturales: de plantas, de cielos y en contrapunto interiores, naturalezas muertas: flores y flores en jarrones, jarrones, etc. Los cuadros blanco y negro como emulsión fotográfica del registro de las sombras; los cuadros negros como el negativo de los blancos y versiones con color apareciendo. Enumera, describe. Pinta pintura de caballete inclusive en la tacita de café en el living room con las pinturas arriba del sillón y los jarrones sobre las mesas. Pinta la vajilla misma para después retratar esa vajilla en una pintura, y también la destroza. Superficies enlozadas y superficies esmaltadas con vidrio líquido que raramente se igualan en brillos y durezas.
Es casi imposible abarcar en definiciones lo que hierve en esta mezcla: una instalación donde rompe la idea de la galería o el cubo blanco y arma un ambiente parecido a un lugar donde se ha vivido y se puede vivir. Veremos las remarcables ácidas pinturas de Diana Aisenberg donde el dibujo es la huella de la artista, su caligrafía la única medida o regla, y sin duda el camino que ella sigue.
Graciela Hasper