PROYECTO SALA 2


Neme Biax – Cast/K
de Fabio Kacero
10 de junio - 13 de julio 2003



NEME BIAX


La primera hoja data de agosto del 2000.
Ya era el Demiurgo primitivo, el que jugaba a…, dispuesto a…
Escribo las palabras. Las veo aparecer delante de mí. Las veo aparecer donde antes no había nada. Milagro del aparecer, milagro de la multiplicación de las palabras.
Las separo de mi cuerpo. Un cuerpo inextenso. Y no es un pasaje de adentro hacia afuera. Mi cuerpo no es el adentro de las palabras y en espejo, todo lo que no es mi cuerpo no es el afuera de las palabras. ("palabra" debería ir siempre entrecomillada)
Ars combinatoria de mínimos, divinos poderes.
Neme Biacs: Suburbia Demiurga: el demiurgo postula: el universo está tan vacío como palabras le faltan.
Generación de los nombres.
El universo repoblado de nuevas entidades surgidas a su sola mención.
En el sueño de su nada esperando ser llamadas al ser.
Entidades inanimadas, esperando despertar, despertar como quien responde al llamado de su nombre.
Y nada dicen más que esto. Aún no son actos, figuras, acciones, humores, objetos, estados, seres.
Acto mínimo de superación de la nada que sin embargo no da vida, no echa a caminar
criaturas por el mundo.

Neme Biacs habla en lenguas de lenguas no nacidas.

Qué es una obra sino un sistema de veladuras, uno sobre otros de sus estados intermedios, de sus estados no deseados. ¿Qué es el estado intermedio sino un ser no querido?
(Ontología por el querer ser: ¿lo que existe es lo que ha querido existir y lo que no existe es lo que no ha querido existir?)

Obra: sistema finalista, disposición hacia un fin. El fin tragándose (metódica aniquilación) a sus anteriores intermedios.

No es la ejecución de una obra sino el ejercicio… la bienvenida ecuménica a todo lo que se vuelve invisible entre los edictos de la lengua como imperio, como imperio de lo inmóvil, de lo idéntico.
¿Un salón de los rechazados (del ser)?

Ante el mundo sin partes: una sustancia continua: un nombre continuo.
Ante el mundo con partes: miembros, organismo de materia discontinua, segmentos. Un sonido para cada segmento.
Cada fracción de significado: un nombre: un fósil, (¿acaso el nombre ya no es su fósil?). Una pieza de museo.
La cosa y su signo como estados terminales, como condensación, como depredador de estados intermedios a su vez que ocultación de su propia naturaleza intermedia.
(Cada cosa-signo encarna la metafísica del límite –principio, fin, exclusión, inclusión-: Empezar y terminar en el espacio, empezar y terminar en el tiempo, en la materia, en el significado).
Quimérico inventario de las cosas que no han llegado a ser, que no llegarán a ser, que podrían haber sido, que no pueden ser.

Puesto entonces que "brazo", "oriente", "columna", "lino", "adiós", "cabra", "sencillez", "frío", no son más que marcas extremas de un continuo que ignora los pasajes, puesto que le vuelven la cara al mundo amorfo […]
¿Qué pasaría si Aquiles y la tortuga no corrieran una carrera entre sí,
sino una carrera del uno hacia el otro, cediéndose una letra a cada paso?:
Aquiles
aquilesa
aquitesa
auitesa
aruitesa
tarituesa
torituesa
torituega
tortuega
tortega
tortuga

¿Qué generaciones existen entre mi brazo y el retablo? entre Maitreya y la Costanera: moitreya, moitaeya, coitaeya, coitaera, costaera, qué codiciosa elefantiasis entre elefante y codicia, cuántas nuevas islas entre Córcega y Cerdeña.

Ante el mundo sin forma, ante los reinos intermedios, falla antes de nacer.
Vestir este Dios expulsado de la plenitud, armado de verbo contra el vacío, es fracasar.
Lidia con su propio fracaso como condición de posibilidad. Su propio ridículo, su insensatez. (¿Fijar los nombres del río en el que nunca podemos entrar por segunda vez, no es una contradicción y una insensatez?)
Fracaso de lidiar con la totalidad. El malograrse, no romántico sino barroco; del que llega a su desmesura porque el todo no se deja tratar, o el que llega a su cansancio por su propio palimpsesto, (el que abigarra, el que no cierra, el que no puede dejar de corregir, el que no pone límite), el que no puede formalizar porque la forma ya es tiempo.

Y ya lo sabemos, es en la magnitud de su equívoco […]

Como el disco de colores que al ser girado da blanco; un disco de todos los sonidos (letrados) que al girar emitiera silencio o tal vez un solo sonido. ¿Om? ¿Ta Tvam Asi?, ¿Tò ón?, ¿Ha ha?

Nidos de sonidos. Sonidos bacterias. Música de oquedades. Larva verbal, verba larval.

¿Y qué si al escribir una palabra, al dar con un sonido, al pronunciarlo, escuchara una voz que me dice "¿llamó usted?", me vuelvo y...

Cuántas veces el Demiurgo doméstico, fatuo y en pijamas, se ha ido a dormir con una nueva palabra que trataba de retener y, habiéndola olvidado a la mañana siguiente, sintió que perdía algo irrecuperable, algo que no habría de nacer.

En cuanto al Neme Biacs como “obra” … se debe a la intercesión y a la amable insistencia de una mujer (G.H.), que este ejercicio para mí, sin más destino que un obtuso solipsismo de laboratorio, encuentre aquí sus testigos.

Fabio Kacero (2000/3)



CAST/K

…dos columnas tautológicas o casi tautológicas.
Todas las personas que el artista conoció en su vida como créditos de una película.
Los seres reales devenidos actores, los actores devenidos nombres.
El dibujo de un yo (dibujo coral) que se reconstruye desde afuera, ahí donde es intersectado por otros.
El contorno de un “objeto yo” delineado por puntos que son intersecciones.
Cada punto es un nombre. Cada nombre es una modificación. La corrección de una trayectoria.
¿Qué podría ser visible, que nos restaría, de una impracticable película de 40 años (la edad de Kacero) de tiempo real de filmación? Créditos.
La lista completa debe esperar, esperar la fecha de su muerte, que en este contexto es el fin de la posibilidad de conocer más personas.
El video es el final de una película ausente cuyo contenido no es posible representar.
Entre el paso mecánico de estas dos columnas que se mueven, no hay narración, no hay historia, no hay cronologías, y el nombre propio (su centro sin lugar) es el único que no puede incluirse entre ellas.
Los créditos delatan o señalan doblemente: la imposibilidad (la inutilidad) de filmar esa película y la materia ensoñada de esa sustancia que llamamos vida.
Entonces, un objeto irrealizable, no presente, señalado por una lista (signo), expandible pero finita, que lo precede.
El tiempo dirá, como difícilmente se lo diga a un espectador que se reconozca entre los nombres, el tiempo dirá de esta lista que es un desfile de fantasmas.

Fabio Kacero



Kacero es un artista que emerge de las fauces de la Historia del Arte con coraje y originalidad, reconocido por sus objetos acolchados de sofisticada tecnología informática e industrial poniendo en peligro el concepto de autor y artesanía. Es también conocido por unas "cajas de luz" con sucesivas capas de transparencias con ciber-dibujos.
Kacero cultiva un perfil bajo: no asiste a inauguraciones a menos que él mismo haga su propia performance -del muerto, por ejemplo- y no gusta de eventos populares, salvo como actor (dicen que es igual a Robert de Niro).
Las dos obras que estrena de alguna manera se parecen: son nombres, son listas, son expandibles, interminables -hasta su muerte- aunque de diferente manera.
Tenemos en la sala 2 la primera puesta -estreno mundial- de Neme Biax. La obra llamada Neme Biax es un listado de palabras en idioma "Kacero" que está en construcción, en progreso: una lista de palabras siempre diferentes en crecimiento constante, necesarias según el artista para llenar todos los huecos entre las palabras que no estaban nombradas, hasta ahora. Una mesa-vitrina de casi 20 metros de largo, acomodada en perfecta diagonal al espacio de la sala vacía, formada por trece unidades diseñadas en sus proporciones para sostener siete hojas de tamaño de la hoja A4. ¿Poesía concreta? 
En el microcine, otra obra inédita en Buenos Aires: Cast/K, un video que sí se mostró en New York. En esta película uno ve la pantalla negra y los créditos del final de película que pasan, y pasa una lista de amigos, parientes, galeristas, críticos, colegas, coleccionistas, los protagonistas de la vida real de Fabio Kacero en repetición sinfín con sutiles variaciones y diferentes músicas a través de dos horas complejas.

Graciela Hasper