PROYECTO SALA 2
Nacif, Neuman, Huffmann
Nicolás Domínguez Nacif, Juana Neuman, Carlos Huffmann Mayo a junio 2003
Nacif, Neuman, Huffmann
…Como tocar el agua sin mojarse, se puede en estas obras pasar sin que nada se precipite. Descarto la posibilidad de un suceso y así puedo trabajar con el vacío. Pero no es necesario ver el vacío como algo grandilocuente, no es una codicia sino un estado. El estado de las cosas en presencia contrae sí o sí al vacío que todo deja al ocupar ese lugar.
No hago un manifiesto, ni del espacio, ni de las cosas que utilizo para producir mi obra. Me apropio de lo que me rodea y lo reordeno según mis coordenadas.
…en una obra puede haber uno o dos objetos. Entre un objeto y otro hay un pequeño lugar para una duda o un acierto. Entre punto y punto hay un lugar y en cada objeto mismo está la duda.
Todo dice algo, todo se está convirtiendo, de alguna manera extraña, en un texto. Un objeto, un punto, un texto, están en el mismo lugar.
¿Qué es un lugar?
estoy pintando un recorrido, el que hay entre cualquier cosa y cualquier cosa. El mismo espacio que hay dentro de todo y alrededor de algo.
…el espacio está dado, las ideas acerca de ampliarlo o reducirlo sólo son intentos de manipular lo que ya está dado.
Uno interviene determinando el espacio seleccionado de la siguiente manera.
La noción de espacio espacial, de espacio natural, de espacio habitable, todas son parte de la historia y hasta parte del universo.
No existe el nuevo espacio, el espacio siempre es nuevo. Cada intervención modifica inevitablemente ese infinito cambiante.
…. hablan del recorrido de un lugar común, del espacio que hay entre cualquier cosa y cualquier cosa.
Obligar al que mira a ver sólo eso. Todo lo que está por detrás es ese espacio común, ese lugar normal entre todas las cosas.
Todas las cosas son todas, no hay un límite, todos los textos hacen un texto. Todos los objetos hacen a todo.
…mi espacio empieza ahora y nunca termina, no se si voy en busca de una definición de espacio o si estoy entrando al espacio, y ésta es una de las mil formas de hacerlo, no sé qué es más difícil, si la definición o la experiencia.
No puedo evitar lo experimental de atravesar algo, no puedo dejar de intentar redefinirlo.
Uno está en el espacio casi como consumiéndolo.
Acompañar al espacio, ir sólo al costado en su recorrido no vale la pena.
Intervenir el espacio es ocuparlo.
…Las cosas son raras, todo es raro en relación a otra cosa. Yo no hago más que encontrar en cada cosa común ese estado original de rareza y ponerlo a discutir en una posible relación.
La información es mínima, y cada imagen que elijo para representar en mis obras es clara, de lectura fácil y despojada.
….Siempre vivo las relaciones afectivas como peleas por diferenciarse o necesidad de igualarse, entonces creo que se genera el desencuentro, mi mirada de las relaciones universales y mi mirada sobre las relaciones que me involucran se mezcla en estos momentos y empiezo a pensar en eso, no sé si deba, no sé si ése es un lugar para la producción, pero sé que me interesa. Las relaciones son desencuentros, cada parte se relaciona con la otra desde ese desencuentro, comparten el mismo espacio y eso las une, y esa unión es suficiente.
Todas están solas en su propio universo, mirando hacia el universo ajeno solo con indiferencia, cada una está inmersa en sí misma. Este estado de presencia me representa y representa también mi mirada sobre mi propia Vida y todo lo que me rodea.
…Tomo el arte como un lenguaje y como un espacio infinito de representaciones o lecturas de un mundo que también es infinito.
La historia del arte es una línea que se expande como todas las historias, no encuentro un orden interno más que el que la historia misma va creando en su transcurso.
…Veo mi entorno, o mejor dicho veo al mundo como una acumulación de cosas fragmentadas, como informaciones enfrascadas, unidades individuales que se relacionan de este modo indiferente.
…“ Yo esta obra podría haberla escrito en vez de pintado.” Magritte
Yo no nomino a los objetos, no cuestiono el lenguaje, no es un juego lingüístico, no hago una cita, pero sí hablo de la reflexión ante la presencia de un lugar común, donde las cosas y todo son lo mismo, todo tiene el mismo valor.
Obligar a mirar. Ver, mirar.
…a veces siento que pintar es un acto exagerado en mi vida y por eso puedo adular todo el tiempo hasta lo más insignificante y no querer ir tan lejos.
La insistencia se vuelve rara… aburrida???
Sólo puedo dar vueltas alrededor de lo mismo y no tengo intención de crear un nuevo círculo a menos que sea una misma línea desplegada.
Los cinturones ajustan el vacío de una bolsa de papas, la alfombra envuelve a unas ramas y las almohadas se deslizan sobre el suelo. Juana se pregunta, por qué las cosas y sus nombres. Julia Masvernat (2003)
Juana Neumann
(2000-2001)
El sol tiñe el piso con formas hermosas
Desde aquí todavía despertarse duele
No veo cúpulas ni terrazas
Hay un castillo, un alpinista y una bandera argentina
que flamea desesperada.
Calma antes de la tormenta
Tomo agua de un río que baja en espiral caudaloso
me empapa de gracia divina y extasiado camino
y veo luz, luz rosada, luz celeste, luz blanca . . .
sueño que soy un espíritu viejo del bosque
como un mamboretá gigante hecho de ramas y de troncos que se pudren.
Alzo mis alas, puedo desplegar mi pestilente verdad.
He visitado lo insondable de las profundidades
¡Quiero quemarme en el fuego sagrado!
No puedo comprender las verdades alquímicas,
Hay un yo mitológico que sí.
El espacio sin tiempo
En el círculo mágico de la pampa
La picadura del escorpión
Me quedé de pie sobre la playa,
Emergía del agua una bestia de 7 cabezas y 10 cuernos
¡Llegó la salvación!
El alfa y la omega, el principio y el fin.
La mujer abrió su boca y se tragó el río que el dragón había vomitado.
En ninguna pancarta decía la palabra amor
es que hay un solo polvo disperso.
He celebrado los rituales a la luna sin saberlo
¡lunático, lunático!
He sido el sacerdote de Artemisa ¡sacrifiqué mi dignidad!
Y me entregué al vano artilugio del espejo
¡lunático, lunático, lunático!
Soñábamos con las noches calurosas
y despertares azul diáfano en el desierto de Egipto
Los niños venían corriendo con túnicas de los colores del arco iris
y nos regalaban collares reggae y reían y se evaporaban por los médanos
como esos espejismos de los extasiados
La ocasión está al acecho . . .
sorprenderme . . .abalanzarme . . .
El oro, el topacio oriental, las rosas y el heliotropo
Nuestra situación ha sido por lo general modesta,
no podemos cantar con nadie mas que con nosotros mismos
¡Consolidar! ¡perseverar! ¡Las transformaciones!
Campanas enormes retumban en nuestras cabezas
y es que hay algo, muy dentro nuestro que se concentra
justo en el centro, lo centrípeto
¡Todo me arde! ¡me estoy quemando! ¡es aquí y es ahora!
¡ahora mismo!
Me concentro, renazco, es aquí ¡es ahora!
Lo irradiamos constantemente
Ya solo siento intuitivamente la potencia del espíritu dador de vida en mi mismo.
El edificio no está blanco y es casa
Los almohadones son matas de hierba
donde reposan los otros
Hi-fi encapsulados
nos deslizamos
opaco y plano, onanismo
Música que ya no entiendo pero que suena bien
y la bailo
Todo se volvió autoayuda
pero igual nos atrevemos
las cosas de desarrollan
hasta donde podemos
después ... hablamos del principio
La pieza está en blanco
Los frascos de perfume en la mesa de luz
Las revistas porno en el suelo
y la buena literatura en los cajones
Algo femenino, algo menstrual, algo lunático, todo tácito
Hay una presencia añeja y otra despojada
Algo en el pecho, no en el mío, en el de Cecilia.
El piso no va a ser igual
Te vas infinitamente, casi te pierdo
Es que entras en el baño y ahí frente a vos misma
te reflejás
te devorás y te convertís en una bestia de 7 lenguas
salís
Me mirás, me río
¿es que acaso hemos logrado entendernos?
Nicolás Domínguez Nacif
Entrevista entre Crítico Ladrón y Carlos Huffmann
C.L: ¿Qué estás tratando de hacer?
C.H: Arte, supongo. Una obra que no sugiera una lectura final, ni siquiera para mí.
C.L: Suena bárbaro eso, pero me parece medio obvio. Creo que se puede pensar que a todos los artistas les gustaría lograr eso. Me gustaría que me dieras alguna clave para interpretar tus obras.
C.H: Una cosa que siento muy a menudo es la dificultad de decir algo válido. Todo tiene una o miles de objeciones. La única manera de decir algo válido, creo, sería decirlo todo. Como soy un humano, y no soy “todo”, eso me es imposible. Entonces, creo que lo que hago es tratar de construir objetos complejos, que invoquen muchos niveles de significado diversos, en un todo que no parece decir nada en absoluto. Ni siquiera que sugiera un azar en su construcción. De esta manera siento que podría llegar a lograr suspender en el espectador la mirada reductivista con la que nos manejamos cotidianamente.
C.L.: ¿De qué manera creés que ocurre eso en los cuadros, por ejemplo?
C.H: No ocurre, francamente. Como me dijo Marita Begué, la obra que yo quiero aún no existe. Siento que estoy buscando, experimentando en diferentes medios. En un punto creo que esta muestra debería ser vista como una sola obra. Entre todas las piezas quizá ocurre algo.
C.L.: Que se pueda ver la voluntad que las une...
C.H.: Claro, como que si yo tiro dardos contra un punto en la pared seguramente no le emboque, pero se va a poder intuir, luego de muchos intentos, cuál es ese blanco. Es como la estadística.
C.L.: ¿Cómo es eso?
C.H.: Claro, una muestra, cuantas más observaciones de una población posee, mejor puede aproximar cuál es la característica que las une.
C.L.: Contame cómo sentís que se lee tu postura política. Tu uso del inglés, tu biografía, tu tratamiento de la violencia...
C.H.: Bueno, por un lado esta la obviedad de que no es necesario sacarle una foto a un desempleado para hacer arte político. Considero que todo tiene una lectura política. Lo político es sólo otro lente a través del cual uno puede interpretar cualquier obra de cualquier artista. Puedo analizar una obra desde lo formal, desde lo conceptual, lo político... Como toda categoría, es una herramienta de discusión y nada más. Aún así, siento que hago mi obra con una intención fuertemente política, pero habitualmente considero que la militancia es inútil.
C.L.: ¿Cualquier tipo de militancia? Uno podría pensar que tu obra es un tipo de militancia...
C.H.: Es cierto. Sí, me gusta verlo así... Supongo que militancia es una palabra amplia. Como que elegir no comer en McDonald’s o algo así puede ser un tipo de militancia también... No sólo es tirarle piedras a una embajada, ¿no?
C.L.: En relación con esto, quería que me contaras cómo pensás tu uso de la esvástica.
C.H.: Para mí es un símbolo que es interesante para investigar el tema de la dirección, del vector. Como que no hay “lugares” sino “direcciones”. Prefiero no pensar en términos de lugares separados, sino mas bien en términos de direcciones diferentes en relación a una continuidad... A lo que me refiero con “pensamiento de lugares” es, por ejemplo, al pensamiento dicotómico. En contraposición a esto me parece que de la otra manera uno puede pararse desde un lugar más humilde al enfrentar la complejidad de las cosas. Además, la esvástica también posee gran complejidad: tiene una enorme carga política y religiosa (en el budismo funciona como el yin yang), se lee usualmente como signo pero también posee una forma funcional. Creo que además me atrajo el hecho de que me daba miedo usarla.
C.L.: Por la relación al nazismo. ¿Tu apellido es judío?
CH.: No. Huffmann es un apellido alemán, y la doble “ene” es explícitamente señal de que es un nombre no-judío. Por otra parte, mi abuelo Huffmann peleó contra Alemania y fue prisionero durante la Segunda Guerra Mundial. Él era de nacionalidad belga. De todas maneras no creo que la historia personal enriquezca la lectura de las obras. Quizá pienses lo contrario...
C.L.: ¿Qué roles pensás que cumplen “la violencia” y “el sexo” en tu obra?
C.H.: Siento que las trabajo como dos fuerzas en tensión, y que esa tensión es algo así como “el tema” de la obra. Todas las imágenes más explícitamente sexuales están teñidas de violencia, y viceversa. El estilo de dibujo que uso proviene del “manga” japonés, que siempre me interesó porque contrasta una inocencia infantil con constantes alusiones a una sexualidad extrema. Por otro lado mis imágenes de violencia son generalmente muy fálicas. Al tema de mi obra es muy fácil atribuirle una valoración negativa, decir que “eso es malo” o “obsceno”. Por esto, creo que el espectador inicialmente está esperando que se vea una “denuncia” en la obra. Como no hay denuncia, pasa otra cosa. Por ahora, con que ocurra algo irritante me doy por satisfecho.
Buenos Aires, mayo 2003
Esta muestra está concebida como tres individuales. En común los tres tienen que su trabajo está marcado por el uso del idioma, de palabras dentro de la obra, también que tienen veinte y pico de años de edad y sus obras ya se han expuesto en la Casona Olivera, Café Voltaire, Belleza y Felicidad, el Kiosko de Diana Aisenberg y/o Curriculum 0 en Galería Benzacar.
Dominguez Nacif presenta un trabajo reciente de la serie de los neones. El trabajo dicta sobre la luz con las que van a ser apreciados. De profusa produccion de dibujos de figuras sacras y profanas donde incorpora textos y declaraciones, trabaja al borde de la fragilidad de los materiales, exacerba la precepcion psicodélica y el pensamiento místico.
Neumann hace cosas. Unas esculturas dadaistas de gran simpleza y efecto demoledor que son lo mismo que sus dibujos previos sobre los objetos, pero de verdad. Inédito hasta ahora, muestra una instalación de carteles escritos con frases como de listas para la casa o de un diario sentimental de pensamientos.
Huffmann dibuja papeles que quizo que el público los pise, como también los subió en una pagina web y agrede con representadaciones de sus imaginarios personajes cuasi japoneses que sufren proceso de autorretrato. Grabaciones con su propia voz para escuchar descripciones-instrucciones de las situaciones. Piezas de arquitectura sexual hechas con materiales eclécticos. Su mente trabaja en forma de fabrica de proyectos.
Graciela Hasper